Daniel Templeton, el inglés ‘más colombiano que el sancocho’

“Me considero más colombiano que el sancocho”: Así empezó a narrar Daniel Templeton la aventura de cómo llegó al Tolima, y porqué decidió quedarse en uno de los lugares más hermosos de Ibagué, el Cañón del Combeima.

Tiene 25 años, es alto y de tez blanca, ojos claros y cabello rubio, típico del Reino unido, la tierra de donde proviene. Su padre es irlandés y su madre de Colombia, de ahí la cercanía con este país.

A los 10 años decidió quedarse, pues cada vez que venía de vacaciones desde Inglaterra se enamoraba más y más de las montañas, del verde de la naturaleza, el clima, la gente y las increíbles experiencias que vivía. 

De sus 15 años viviendo en la tierra del ‘Sagrado Corazón’, 10 han sido en la Capital Musical, donde terminó sus estudios en la Institución Educativa Técnica Ambiental Combeima, para luego empezar su labor como operador en turismo de aventura. 

“Fue ahí cuando surgieron mis primeras guianzas, pero hoy soy operador profesional. Me dedico al montañismo en el Parque de Los Nevados y el ‘canyoning’. El 1% del trabajo del guía es mostrar el camino, de resto es la gestión del riesgo, la educación ambiental y la instrucción para realizar una actividad con seguridad”, afirma con seguridad.

Las expediciones al Nevado del Tolima, dice Daniel, son muy variadas, pues vienen personas de toda parte de Colombia, incluso del mundo: “A veces son de mucha experiencia, otros sin nada, pero es muy chévere compartir con ellos la montaña y enseñarles. Vienen biólogos y muchas carreras a fines”.

Su trayectoria y los años que lleva conociendo el territorio le han permitido vivir situaciones diferentes, algunas maravillosas como es ver el amanecer en la cumbre de los nevados y sentir la majestuosidad de la madre naturaleza, y otras no tan agradables como rescates, accidentes y emergencias en la montaña. 

Y es que la tarea de un guía no es sencilla: La responsabilidad que acarrea, llevar personas a una actividad, que como todas tiene algún tipo de riesgo, debe hacerse como se dice coloquialmente, “con todas las de la ley”.  

“Muchos turistas ingresan sin guías, sin el equipo adecuado y pues ahí es cuando pasan la mayor parte de los accidentes”, afirma Daniel, pues aunque el montañismo que es popularmente llamado un ‘deporte extremo’, realmente es de aventura, y como toda actividad tiene su grado de peligro. Sin embargo, con los protocolos adecuados, seguridad, herramientas y equipamiento, se reducen los casos de accidentes.  

Aquí es donde entra la importancia de trabajar de la mano con las instituciones, pues con estrategias, campañas y proyectos se logra impactar positivamente la actividad que genera turismo y desarrollo para la región. 

“Este año para Semana Santa, además de las campañas, se reforzó el control de ingreso y pues sí fue efectivo; este año no tuvimos reporte de incidentes mayores y pues ahí están los resultados que son montañas más seguras”, manifestó Daniel.

Además, gracias al proyecto de refuerzo de comunicaciones de ‘Alertas tempranas’ de la administración ‘Ibagué Vibra’, Daniel y otros habitantes de la zona del Cañón del Combeima se convirtieron en radio operadores para reportar situaciones de emergencia, crecientes del río Combeima o las quebradas, desbordamientos o deslizamiento de tierra, entre otras situaciones. 

“En la montaña el tema de las comunicaciones es muy importante, en especial en casos de emergencia, pues allá no hay cobertura de celular, algunas fincas tienen acceso a internet satelital, pero están muy distantes y en el Nevado como tal toda la cara Sur, tenemos cobertura de la red Combeima, una frecuencia que nos permite comunicarnos plenamente”, declara el especialista. 

Así es Daniel, el hombre que encontró en el Cañón del Combeima un lugar para vivir, ser y estar en armonía con la naturaleza: “Levantarme y ver el Nevado del Tolima es un privilegio; es gratificante estar en el campo y también tan cerca a la ciudad”, concluyó el inglés con corazón ‘Pijao’.