Hoy, la historia cambió. Con la reapertura del Complejo de Piscinas Hernando Arbeláez Jiménez, Ibagué no solo recupera un espacio de competencia y alto rendimiento, sino que le inyecta vida a toda una zona que llevaba años esperando una oportunidad para resurgir.
En el sector de La Macarena, la emoción es evidente. Para Victoria Monsalve, propietaria del minimarket ‘Qué Súper La 42’, este momento marca un antes y un después: “Esta piscina se estaba esperando hace muchos años. Nos estamos preparando con surtido completo, buenos precios y mucho cariño para recibir a los visitantes. Sabemos que vendrán familias, deportistas, turistas… y eso nos llena de ilusión.”
Como ella, decenas de comerciantes se alistan para lo que se proyecta como una nueva etapa de dinamismo económico. Restaurantes, tiendas de barrio, papelerías, cafeterías, hoteles y servicios turísticos de la zona se verán beneficiados con la llegada masiva de visitantes.
Turismo deportivo que sí deja
Los datos lo confirman: según Fenalco Tolima, en 2024 el turismo extranjero en Ibagué creció un 80 % respecto al Comerciantes del barrio La Macarena celebran la reapertura del escenario deportivo año anterior, impulsado por eventos deportivos. Incluso en meses tradicionalmente bajos como agosto, septiembre y octubre, se reportó una actividad comercial más alta gracias a la realización de certámenes deportivos.
Para Daniel Felipe Orjuela, director Ejecutivo de Fenalco Tolima, esta reapertura es una oportunidad que va más allá del deporte: “En las comunas Cuatro y Cinco hay más de 4.400 empresas formales, muchas del sector gastronómico y comercial. Todas ellas se beneficiarán con este renacer. Esta es una inversión que genera movimiento real en la economía de la ciudad”.
Un nuevo aire para los emprendedores
Leandro Ureña Tobón, propietario del restaurante ‘Las Maquinitas’, lo tiene claro: “Llevamos años esperando este momento. Esto no es solo una piscina, es un motor para toda Ibagué. Es una oportunidad para mostrar nuestra gastronomía, para crecer, para generar empleo”.
Y es que el impacto no se limita a lo inmediato. Con un escenario moderno, funcional y con estándares internacionales, Ibagué podrá consolidar una agenda deportiva permanente. Eso se traduce en visitantes constantes, menos estacionalidad turística, mayor ocupación hotelera y, por supuesto, más ventas para los negocios locales.
El deporte como motor económico
Desde la Alcaldía de Ibagué, la secretaria de Desarrollo Económico, Naydú Romero, destacó el papel de estos espacios como palanca de desarrollo: “La reapertura de las piscinas no es solo una inversión en infraestructura, es una estrategia de ciudad. Estos escenarios activan cadenas de valor que impactan desde el comercio hasta el transporte. Hablar de turismo deportivo es hablar de empleo, de crecimiento y de posicionar a Ibagué como un destino competitivo a nivel nacional”.
Volvió la clientela
Las piscinas volvieron, sí. Pero también volvió la esperanza. Volvió la clientela para el tendero de la esquina. Volvió el aroma de pan caliente para los que madrugan a entrenar. Volvió la charla en la cafetería, las risas en la gradería, el movimiento en las calles.
Y con todo eso, vuelve la certeza de que cuando una ciudad invierte en su gente, en sus espacios y en sus sueños… todos ganan.